Estudiantes de la carrera Ingeniería en Sistemas Inteligentes de la Universidad Bolivariana del Ecuador (UBE) como parte de su formación académica en investigación desarrollaron un proyecto pionero en el país, que recrea la obra inédita del pintor ecuatoriano Mario Montero, desaparecido en 2004 en las Islas Galápagos, todo ello a través del uso de la inteligencia artificial aplicado a las artes.

“No se trata solo de aplicar tecnología, sino de ponerla al servicio de lo más humano: la memoria, la expresión artística y las historias que quedaron inconclusas”, expresó Rosangela Caicedo, Vicerrectora de Investigación y Vinculación con la Sociedad de la UBE.

A más de 20 años de su desaparición, la obra de Montero —reducida a bocetos y libretas personales que nunca fueron exhibidas— cobra vida gracias al uso de tecnologías de análisis, modelado y generación visual basadas en IA. Este trabajo se ha desarrollado con el apoyo de su familia, amigos cercanos, expertos del ámbito artístico y académico.

La iniciativa propuso una mirada ética, sensible y transformadora del rol que puede tener la inteligencia artificial en la reconstrucción del tejido cultural y social. A partir del levantamiento digital de sus trazos, la IA ha permitido expandir el imaginario de Montero, liberando el potencial creativo que yacía en su obra inconclusa.

Las obras de Montero se caracterizaron por la sensibilidad hacia lo cotidiano y lo humano, plasmada en un estilo que combinó la figuración con la abstracción. Dejó una huella profunda en el arte contemporáneo del país, que se caracterizan por una mezcla vibrante de figuración e interpretación abstracta, destacando elementos cotidianos y emocionalmente accesibles: “Botellas”, “Músicos”, “Caballo”, “Abstracto”, entre otros. Su técnica sugiere sensibilidad hacia lo simple y humano, con un estilo propio que invita a la introspección.

La exposición que fue organizada por la UBE, y se desarrollo en el Museo Nahim Isaias de la ciudad de Guayquil, incluyó obras generadas con inteligencia artificial, material original de sus libretas, además de testimonios de sus allegados y un recorrido narrativo por su historia. Este proyecto formó parte de la campaña “La historia se escribe con IA”, que fue impulsada pensando en el rescate del arte y cultura para demostrar que la inteligencia artificial no solo tiene aplicaciones técnicas, sino que también puede emplearse para preservar la memoria, fortalecer el tejido social y enriquecer el patrimonio cultural.